1868 -1922
Inventando la motocicleta
El siglo 19 nos muestra un período impresionante de
invenciones, notables por su preocupación por el tiempo,
espacio, y la velocidad. La primera locomotora ferroviaria,
el uso de la luz eléctrica, la creación del
cine. La influencia de estos avances tecnológicos fue
responsable de las alteraciones fundamentales de la manera
en la que nosotros percibimos nuestro ambiente, incluso como
vivimos nuestras vidas. El ferrocarril nos separó de
una relación con el paisaje mediato; la electricidad
nos liberó de las rutinas cotidianas regidas por luz
natural; el cine, con su ilusión de suceder en tiempo
"real", cambió conceptos tradicionales de
temporalidad y mortalidad.
Estas invenciones características comparten más
que una contemporaneidad. Ellos también demuestran
la inquietud de naturaleza humana desde la era industrial
- el deseo de mayor velocidad, mayor tiempo para trabajar,
mayor entretenimiento, la demanda de un mundo "diferente
y mejor" tan rápido como sea posible. Fue esta
aventura amorosa con el dinamismo que inspiró la invención
de la motocicleta.
Algunas de las primeras motocicletas experimentales son fascinantes
en términos de la transparencia en las intenciones
de sus inventores: ¿Cómo nos podemos mover más
rápidamente? La Michaux-Perreaux, creada en Francia
en 1868, tomó prestado un pequeño motor de vapor
comercial y lo sujetó a una bicicleta. El uso de las
dos-ruedas impulsados-a-vapor fue continuo hasta a fines de
siglo. En otras motocicletas antiguas, como el la Dion-Bouton,
la Orient, y la Thomas, en ellas, los diseñadores experimentaron
con energía basada en petróleo mientras se mantenía
el diseño básico de la bicicleta. Gottlieb Daimler,
el ingeniero alemán que ganó el apodo "Padre
de la Motocicleta,"estaba usando en 1885 su "sacude-huesos"
(un término usado para describir a menudo las primeras
motocicletas, con sus marcos y ruedas de madera) para probar
un motor de gasolina pensado para un coche de cuatro ruedas.
La insólita "motocyclette", que Felix Millet
construyó en 1893, contaba con un motor radial de cinco
cilindros inspirado en un diseño aeronáutico
que reaparece después en la sorprendente Megola de
1922.
Fuente: Museo Guggenheim
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