1946 -1952
Libertad y la movilidad de postguerra
Los procesos de inclusión de veteranos de la Segunda
Guerra Mundial enriquecieron la mitología de la motocicleta
americana. Su mundo en tiempos de guerra. El compañerismo
entre bandas de pelotones motociclistas que formarían
la raíz de bandas de motociclistas tal como lo muestra
Marlon Brando en la película El Salvaje (1954). Los
veteranos de guerra vagaron los caminos de América
en grupos casi tribales; los precursores de la difamada banda
de motociclistas americana, estos grupos formaron a "Easy
Rider" mucho antes de que Hollywood la filmara. El contrapunto
de este modelo era la Vespa: Brando en cuero contra Audrey
Hepburn en una falda flameando en Fiesta romana (1953). Nacida
de la necesidad para transporte personal barato en el caos
de Italia de postguerra, la Vespa sonó en la psiquis
cultural colectiva. Socialmente aceptable y hasta romántica,
personificó el abrazo de los suburbios a la motocicleta.
El fin de lucha no significó el fin de guerra. El
término la guerra fría suplantó el término
guerra mundial, con quizás un relevamiento cultural
aun mayor. El enemigo ya no podría ser conquistado
simplemente por movilización masiva y patriotismo de
masas; más bien, las bombas eran tan vagas e invencibles
como el aire a través de que ellos podrían viajar.
Nuclear se volvió la palabra de la sociedad. La ansiedad
provocada por los peligros de guerra nuclear engendró
la fijación americana en la familia nuclear. La aislación
resultante, mejor representada por comunidades homogéneas,
proyectadas como Levittown, New Jersey, siguiendo un patrón.
Esta desintegración del patrón de los viejos
modelos de relaciones sociales humanas, y con él, la
ruptura entre las generaciones. Planificación de guerra,
planificación familiar, y la planificación económica
absorbieron el exterior de espontaneidad del mundo de postguerra.
La obediencia política y social se volvió ley.
En este contexto, la inclusión de los reclutas produjo
un efecto desagradable, suburbanización y la rebelión
social que era de esperar. La motocicleta se volvió
el vehículo para todos los matices de rebelión
- desde la vigilancia sobre las bandas de ciclistas dura a
las más suaves. Máquinas desde las delicadas
Vespas a pesadas Harleys - se convirtieron en la metáfora
en la que América montaría en uno de las eras
más tumultuosas que el joven país había
conocido alguna vez. Las ansiedades de la sociedad de postguerra,
el caos de los años sesenta, y la motocicleta se volvieron
el icono cultural que dejó huellas en la composición
social.
Fuente: Museo Guggenheim
|